FotoVoz Palma
Palmilla Propone:
FotoVoz Palma Palmilla
es un estudio-acción participativo sobre los impactos sobre la
salud y el medio ambiente urbano de la
alimentación a través de la fotografía.
Es una experiencia de ciencia
ciudadana de cómo generar conocimiento a partir del análisis que hace
el vecindario de su propia vida cotidiana
Los vecinos y las vecinas de Palma Palmilla que han
participado han reflexionado sobre las siguientes cuestiones ¿Qué es una
alimentación sostenible y saludable? ¿es accesible? ¿Qué
relación tiene con la calidad del ambiente urbano? ¿Qué podemos hacer? ¿Cuáles
son nuestras recomendaciones?
Luego de compartir este espacio para la mirada, el
debate y las propuestas; las
personas residentes del barrio
formulan las siguientes recomendaciones y compromisos:
1. El
distrito de la Palma y su entorno tiene la fortaleza de contar con huertos
urbanos como el Vergel de Málaga y La Dignidad que hemos visitado. Se trata de
auténticos laboratorios de buenas prácticas sociales y ambientales ciudadanas
donde se cultivan hortalizas y frutas de temporada, se trabajan semilleros con
variedades locales, se compostan residuos vegetales para elaborar abonos orgánicos,
se cuidan espacios, se fomenta el encuentro de vecinos y vecinas y se facilita
la educación ambiental y alimentaria de las familias. Los usuarios y usuarias
de estos espacios solicitan más participación del vecindario y más apoyo de las
autoridades locales para mejorar estos espacios en temas logísticos y con
actividades formativas. El tema del agua es un problema en el huerto La
dignidad, existen tomas de agua pero no siempre disponibles, tres contratas
municipales están relacionadas con este espacio que operan de forma
descoordinada. Son espacios ideales para el desarrollo de agendas culturales y
formativas en horticultura, educación alimentaria, emocional, etc
2.-El
barrio cuenta con algunas iniciativas de comercio local de frutas, hortalizas,
pescadería, panaderías, un mercado de alimentos los miércoles en la calle
Antonio María Isola, pero es difícil competir con los supermercados. Es
necesario un apoyo más decidido a los comercios locales que son gestionados por
personas que viven en el barrio y que ofrecen alimentos frescos y no tanto
alimentos ultra procesados.
3.-El
barrio tiene altos índices de sobrepeso y obesidad, por encima de la media
malagueña 35% (España 28%), cuenta con
cocineros y cocineras de profesión con experiencia en tres continentes (África,
Europa y América) que podrían impartir talleres de cocina saludable y
sostenible en escuelas, espacios cívicos, huertos urbanos, etc.
4.-La educación
alimentaria en los colegios podría contar con la participación de los vecinos y
vecinas participando en la gestión de los comedores sociales y escolares. Las
AMPA podrían gestionar los comedores escolares
como ocurre con mucho éxito en otras ciudades andaluzas. El abandono escolar es
un problema de la barriada.
Incluir
meriendas saludables, deporte y apoyo escolar podría tener un impacto muy
positivo en la educación integral de los niños y niñas de nuestra barriada.
5.-La población
del barrio tiene una composición multicultural que debería reflejarse también
en los menús escolares, en los catering institucionales. El conocer la cultura
alimentaria de nuestros vecinos facilita la integración y el intercambio de
experiencias y conocimientos culinarios.
6.-El
exceso de embalaje y el uso de plástico debería reducirse. Se descomponen muy
lentamente y ensucian el barrio. Hay vecinas/os que podrían realizar talleres
de reciclaje a los niños y niñas del barrio. Proponemos realizar un concurso de
bolsas de tela con diseños realizados por personas del barrio.
7.-Proponemos
poner en marcha un proyecto piloto Palma composta, con recolección selectiva
domiciliaria para producción de compost orgánico que podría usarse en jardines públicos
y huertos urbanos.
8.-Proponemos
un concurso de macetahuerta y jardines en contenedores y recipientes no
convencionales, como la iniciativa de nuestra vecina La Chunga que tiene jazmines
en viejas lavadoras, y embellece y perfuma la plaza con sus plantas y flores.
9.-Solicitamos
realizar podas suaves en los árboles de nuestra barriada. Los laureles han
quedado muy desmejorado como lo constatan las fotografías.
10.-Dotar
de vegetación o acondicionar espacios sin uso para crear huertos urbanos, y espacios
verdes comunitarios. Los espacios baldíos con jardines y huertas, además de
generar calidad ambiental y bienestar ciudadano[1],
reducen los gastos de control de plagas, limpieza y mantenimiento municipales.
Reflexión
final: Calidad social y ambiental
La ciudad
no es solo un conjunto de edificios, servicios y oportunidades económicas.
También es el aire que respiramos, el agua que bebemos, el espacio en que
vivimos. En consecuencia debemos imponernos que sea un lugar con un aire y un
agua saludables, con un espacio público biodiverso y equitativo que favorezca
el contacto y la deliberación de las personas. Las oportunidades que nos ofrece
la ciudad no pueden ir desvinculadas de la calidad ambiental y social. Debemos
conseguir una Málaga más equitativa, eficiente, biodiversa, y menos contaminada.
La diversidad en la fauna y en la flora
urbana, los huertos ciudadanos, y los espacios verdes son
excelentes indicadores de este cambio necesario.
Muchas
gracias a Ana Mora y Juan Antonio docentes del CEPER de la Palma por
acompañarnos durante todo el proceso!
[1] La Universidad de
Exeter, en Gran Bretaña, comprobó que existe una relación intrínseca entre la
calidad de vida y el acceso a las áreas verdes en las grandes ciudades. El
estudio, que relevó datos de unas diez mil personas durante 18 años, muestra
que quienes viven en las zonas urbanas con más espacios verdes “tienden a
reportar un mayor bienestar en relación con quienes no tienen parques, jardines
u otro espacio verde cercano”.